Fue declarado héroe de la comunidad al dar su vida para salvar el pueblo de Nacozari en 1907.
En la esquina la antes calle Huamuchilares y Arista, al pie de la alameda, ahora Parque Madero, nació el hermosillense más preclaro y honrado en el mundo como héroe, Jesús García Corona, el que le dio vuelta a su vaporera el 7 de noviembre de 1907 para salvar la vida del pueblo de Nacozari, ahora, Nacozari de García.
A sus 25 años, Jesús García Corona era un hombre mestizo de mediana estatura con bigote.
En 1930, su casa fue derrumbada para ampliar lo que ahora es el Parque Madero.
Reemplazó por casualidad al maquinista original
El 7 de noviembre de 1907 pues el maquinista titular estaba enfermo y tuvo que él sustituirlo. Jesús García todavía no era titular.
“Que iba a Nacorzari viejo, pilares de Nacozari donde estaba la mina y tenía que llevar esos vagones de dinamita, pero estaba entre esto del taller y eso y hubo una chispa y se encendieron estas dos góndolas. Pusieron la dinamita con la góndola muy pegaditos, es muy peligroso.” Comentó Emilia Reprieto.
Los compañeros de él se asustaron, un corredero ahí y se subió a la máquina que no era la 501, era la máquina 2.
No se saben los daños que pudieron haber ocurrido, Nacozari en ese momento tenía unos 5 mil habitantes.
La trascendencia del nombre de Jesús García
El nombre de este hermosillense es el segundo más utilizado en el país para ponerle nombre a las calles, parques, escuelas y todo ello anticipado por el expresidente Lázaro Cárdenas.
Aquí su figura luce en todas estas, además de estar estatuas y beisbol, así como la calle donde se ubica la casa donde nació y donde compartió su infancia con su amigo Plutarco Elías Calles.
Y ahí también vive parte de su descendencia.
Comentarios hacia los hechos de Jesús García
El cronista de Hermosillo, Ignacio Lagarda comenta lo siguiente:
“Pues lo que le dijeron fue que las personas que se acercaron a ver cuando la máquina iba en movimiento y cuando la explosión que a muchos se les inscrustraron los vidrios en los ojos y quedaron ciegos.
Agradecimientos a la señora Emilia Reprieto García, sobrina nieta de Jesús García quien comentó lo siguiente:
“Porque mis hermanos también trabajaban ahí pero él mandaba en las máquinas, más como dicen que él las borraba con las manos.”
Pero Hermosillo tiene algo pendiente con dicho personaje. En el año de 1966, se formó un comité para honrar su memoria y se promulgó una ley que exige que debe de declararse hijo predilecto de Hermosillo, con la colocación de una majestuosa estatua que honre su recuerdo en la cima del Cerro de la Campana.
Ignacio Lagarda agrega a su comentario:
“Pero en 67, con la llegada de las olimpiadas, el 68, se instaló en el país todo una red de telecomunicaciones para transmitir las olimpiadas y a nivel federal decidieorn ponerle ahí la antena de tranmisión de las olimpiadas. Para esos días se construyó la carretara para poder subir, entonces eso fue lo que obligó que con esa ley que está vigente, no se ha derogado esa ley todavía, está vigente.”
Y es el adeudo de las 21 administraciones municipales que han transcurrido y se han olvidado de reconocer la valentía por defender al pueblo con la vida misma.